sábado, 12 de abril de 2014

BHAGAVAD GITA: EL LIBRO QUE LEÍA GANDHI

Los lectores de Gandhi nos encontramos a menudo con esta cita literal de sus  palabras:

Cuando las dudas me persiguen y las decepciones me miran fijamente, cuando no veo ni un ápice de esperanza, me dirijo al Bhagavad Gita y siempre encuentro algún verso que me consuela.

Entonces comienzo a sonreir en medio de la tristeza.

Luego, a medida que la lectura continúa, las frecuentes referencias al Gita confirman la predilección del Mahatma por esta breve obra maestra sobre el comportamiento ético que, felizmente, el sánscrito nos ha legado.

En su autobiografía, Gandhi explica cómo el poema se convirtió en su libro de cabecera. Para ilustrar como la obra le ayudó en numerosos momentos cruciales, reproduce diversas estrofas:

Los placeres de los sentidos
se diluyen cuando se les abandona,
pero el deseo continúa.
Ahora bien, incluso el deseo desaparece
para quien ha visto el Absoluto.
2.59

En quien piensa en los objetos de los sentidos
surge la atracción hacia ellos;
la atracción crea deseo
y del deseo nace la cólera.

La cólera lleva al error,
del error nace la incapacidad de razonar;
la incapacidad de razonar
conduce a la muerte.
2.62-63

Otros comentarios de Gandhi confirman que su relación con el Bhagavad Gita fue especialmente estrecha e insisten en que se trataba de su "diccionario de uso cotidiano", de su "infalible guía de conducta".

Los elogios del Mahatma se añaden a las alabanzas de Huxley, Oppenheimer, Thoreau, Hesse, Einstein...

El Gita - que incluye, además, fragmentos de gran belleza poética y una síntesis de las filosofías hinduistas - es una lectura verdaderamente recomendable, tal vez, incluso, imprescindible.