miércoles, 9 de enero de 2019

¿EN QUE HABLAN LOS GITANOS?

Pese a la insistencia de gran parte de la información sobre la lengua de los gitanos, su idioma no deriva del sánscrito. Se trata de una lengua claramente emparentada con el resto de las que se usan en la orilla del curso medio del Ganges de donde provienen.

Lo que sabemos es que el pueblo "rom" - que es como ellos mismos se autodenominan - se desplazó masivamente en dos grandes grupos hacia el Oeste, por causas desconocidas, hacia finales del siglo XI. Una corriente llegó a Egipto y terminó pasando a la Península Ibérica, desde donde siguió emigrando hacia América del Sur. La otra fué hasta Turquía, Grecia, los Balcanes y Europa Central hasta Gran Bretaña y de allí, una parte de la población, siguió hasta América del Sur.

Actualmente,  los grupos más importantes se encuentran en Turquía, Brasil y Estados Unidos, además de Bulgaria, República Checa y Eslovaquia, Hungría, Rumanía y Grecia.

Su situación siempre ha sido muy difícil, sometidos a discriminaciones y maltratos, a veces en peligro de muerte o extinción. Se cree que un 20% de los gitanos sigue practicando el nomadismo.

La mayoría de los gitanos continúa conservando su propia lengua, pero adoptando, y parcialmente suministrando, una parte de su léxico y haciendo suya la gramática de cada lugar. 

La lengua romaní

La lengua que hablan los gitanos se llama "romaní", palabra derivada de "rom", y presenta en la actualidad multitud de variantes según los territorios en los que se habla. Estas modalidades van desde simples modificaciones a verdaderos dialectos o incluso lenguas mixtas.

Todas las maneras de hablar de los gitanos europeos están caracterizadas por una notable influencia de las lenguas de su entorno, sobre todo en el léxico, aunque también en la fonología, la morfología y la sintaxis.

Su sistema gramático general es análogo al de las lenguas actuales del norte de la India y el orden de los elementos de las frases es el habitual en nuestros idiomas: sujeto, verbo y predicado.

El caso romaní llamado directo representa al nominativo y al acusativo, mientras el oblicuo se deriva del genitivo. Como en hindi y en bengalí, con propósitos sintácticos, se pueden añadir posposiciones. Los nombres son animados o inanimados y hay dos números.

Los verbos se marcan con desinencias de persona y número y sólo distingue el género en el participio. Cuentan con dos modos, el indicativo y el imperativo, y se distinguen cuatro tiempos: presente, futuro, pasado imperfecto y pasado perfecto, 

Se trata de una lengua extremadamente flexible y adaptable, que cuenta con una elevada consideración por parte de sus hablantes y de todos aquellos que se le acercan.    

¿Hablamos caló?

El romaní que se habla en España y en toda su área de influencia se llama "caló" y además de asimilar los fundamentos de su gramática a la dominante en cada territorio, ha adoptado muchas de sus palabras y también ha transmitido otras de uso coloquial y frecuente. 

Pensemos por ejemplo en biruji, chaval, gachí (o gachó), molar, parné, currar o fetén.

Hablar es vivir

Como en la mayoría de las lenguas minoritarias, el romaní siempre ha sido un idioma amenazado de extinción y se afirma constantemente que la juventud no la usa, que se está muriendo. Pero lleva diez siglos sobreviviendo. 

En todas partes hay núcleos que la han utilizado y que la utilizan y que, sin proponérselo la convierten en uno de sus signos de identidad, sin hacer más ruido que el de sus propias conversaciones.

Si la lengua de los gitanos ha persistido durante mil años se hace muy dificil volver a anunciar su inminente desaparición.