martes, 2 de junio de 2020

TODAS LAS VERDADES ESTÁN EN EL BRAHMASUTRA

Ahora, pues, pensemos en Brahma
BS. I.1


Este verso - o "sutra" o, para nosotros aforismo - es el primero de los 555 que configuran el Brahmasutra, es decir, y como es fácil deducir, "Los sutras de Brahma", el dios de la Creación en la tríada hinduista, o, también, como en este caso, la propia Creación o, aún, la totalidad de la Realidad.

UNA VISIÓN GLOBAL...

El Brahmasutra es - junto al Bhagavad Gita y al monumental conjunto de los primeros tratados filosóficos llamados Upanishads - una obra fundamental de la literatura sánscrita. Se trata efectivamente de una de las tres grandes colecciones de conceptos que conforman la totalidad de la filosofía hinduista.

Imaginativamente atribuido a Vyasa - según las leyendas, autor también de los cuatro Vedas, del Mahabharata y de los Puranas, pero que, seamos benévolos, recordemos que significa "compilador" - el Brahmasutra sistematiza y resume las ideas anteriores a él mismo y es el texto fundacional de la escuela Vedanta de la filosofía hindú.

Se cree que, en su forma actual, es obra del también más o menos misterioso filósofo Badarayana que la compuso - o "compiló" - entre el 400-450 aC y el 200 de nuestra era.

En todo caso, los 555 sutras están ordenados en cuatro grandes capítulos que globalmente tratan del posible acceso al sentido de la existencia humana y del Universo y, en última instancia y desde un punto de vista metafísico, a la Realidad Primaria y Última, es decir, según los hinduistas, ni más ni menos que al propio Brahman.

Las deducciones muestran las diferencias.
La pluralidad no es irreal.
La percepión no revela el ser.
BS. I.1.

... Y DETALLADA

A pesar del sentido con frecuencia críptico de muchos sutras - estamos ante una obra altamente técnica, escrita hace varios milenios - los axiomas del Brahamasutra nos van colocando ante una sucesión de propuestas que las traducciones y los prolijos comentarios que a menudo las acompañan se esfuerzan - a veces con resultados de escasa consistencia - en aclararnos.

El ser y la conciencia no son uno.
La conciencia no es eterna.
La conciencia es capaz de cambiar.
BS. I.

El primer capítulo trata de la metafísica de la realidad absoluta y es conocido como "Samanvaya", es decir Armonía, ya que sincroniza los contenidos de varios sutras anteriores, contenidos especialmente en los Upanishads y, a veces, conflictivos. Este equilibrio remite repetidamente al concepto de Brahman como el origen, el desarrollo, el retorno y el fin del mundo tal como lo conocemos.

El capítulo siguiente - llamado "Avirodha", es decir no-contradicción - refuta las arfirmaciones de otras doctrinas filosóficas o religiosas, como el Jainismo o el Budismo, basándose en los textos védicos. Reafirma la identidad entre Atman (simplificando mucho, el Yo) y el propio Brahman, núcleo del hinduismo más puro, duro y limpio.

... debido a las palabras que denotan los hechos
y a las historias contadas en los Upanishads.
Es por ello que no es necesaria la luz del Fuego,
pero se necesita todo el Trabajo.
BS. III.

En tercer lugar, el Brahmasutra examina las condiciones para lograr una emancipación definitiva de creencias limitadoras. Insiste en la naturaleza de los conocimientos espirituales y en las vías para conseguirlos: la teoría de la muerte y de la reencarnación, el karma, la importancia de la acción correcta, la libertad de la voluntad, el libre albedrío y, sobre todo, la meditación.  

Finalmente, en su capítulo más corto, el Brahmasutra alaba los efectos últimos de la libertad y de la emancipación espirituales, hitos definitivos de la vida humana, insistiendo en la identidad entre Brahman y Atman, conocido, reconocida y afianzada, una vez más, a través de la meditación.

Hacemos el discurso con la Mente.
Y, por el mismo método, sigue después
aquella otra mente que respira
y que está unida al guía
mediante los elementos.
BS. IV.

MÁS ALLÁ Y MÁS ADENTRO

Sabiéndolo o no, miles y miles de personas, probablemente millones, a lo largo de los siglos, hemos tenido en cuenta los estímulos que los aforismos del Brahmasutra hacen germinar en mentes y corazones.

Primero en el propio subcontinente indio, donde ha sido necesario explicar y comentar cada sutra y cada vez con más detalle, a medida que el tiempo ha separado a los lectores de los orígenes del texto. Se conservan docenas de estos comentarios. Los más sumerosos y útiles se sitúan entre los siglos X y XVI. A menudo son fácilmente consultables en internet, tanto los más antiguos como otros más recientes.

Y después las traducciones al alemán y al inglés de Paul Deussen (1883) y George Thibaut (1890-1904) respectivamente han sido decisivas para su difusión en Occidente y su proximidad a nosotros.

En cualquier caso, los Brahmasutras siempre han apelado a nuestra capacidad de ir más allá y más adentro de las apariencias.

(Leamos, leamos. Y seamos más.)