domingo, 20 de julio de 2014

POSTALES DE RAMA

Leer un buen libro es hacer - literal y literariamente - un gran viaje o, incluso, si así se desea, un Gran Viaje.

Esta afirmación, conocida y reiterativa, es, sin embargo, en el caso del Ramayana - uno de los dos grandes poemas épicos de la literatura sánscrita y objeto de este texto - sorprendentemente exacta: "Rama" es el nombre del protagonista y "ayana", en sánscrito y en este contexto, significa viaje. Ramayana equivale pues a "El viaje de Rama". 

La obra describe, básicamente, la historia de Rama - una de las diez encarnaciones del dios Vishnu - y de Sita, su esposa que resulta raptada por Ravana, rey de Lanka. De hecho, el argumento sirve para describir toda la gama de situaciones de la vida de una persona e ilumina sus deberes en distintos cometidos: padre o madre, hijo o hija, esposo o esposa, hermano o hermana, etc.


Desde hace mucho más de tres mil años, los afortunados que escuchamos o leemos este absorbente caudal de historias nos vemos a menudo deslumbrados por versos o incluso estrofas especialmente resplandecientes que se convierten así en mensajes singulares, aparentemente dirigidos a cada uno. 

Estas imaginarias postales, enviadas por alguno de los numerosos protagonistas del Ramayana desde los lugares, en los momentos y con los motivos más dispares, podrían contener textos como los siguientes, extraídos de las páginas del propio libro:

- Los pájaros están hechos para volar, los ríos para fluir y cada uno para cumplir con su deber.

- La vida y la muerte, la alegría y el dolor, la ganancia y la pérdida... Estas dualidades no pueden evitarse... Aprendamos a aceptar aquello que no podemos cambiar.

- Los hombres saludamos la salida del sol con alegría, a causa del retorno de la luz, pero no nos damos cuenta de que cada instante de cada día determina el resto de nuestra vida.

- Sólo los débiles dejan las cosas en manos del destino. Los que confían en sí mismos nunca se fían de la suerte.

- El sabio prevé los infortunios y toma medidas para evitarlos y, si es necesario, para superarlos.

- El tronar de las nubes que ha derramado toda su agua no causa ni una sola gota de lluvia. Los valientes de verdad no hablan en vano; muestran su valor por medio de la acción.

El gran tema del Ramayana es de los valores humanos y, como acabamos de ver, los conceptos que propone siguen plenamente vigentes. Sus páginas muestran la condición humana en toda su diversidad, extensión y profundidad; nos muestra a nosotros mismos.

Los lectores nos convertimos así en viajeros por un universo interminable, en privilegiados receptores de una sabiduría permanente.