domingo, 17 de octubre de 2021

ÉPICA SÁNSCRITA. TAMBIÉN EN EL SIGLO V... ¡ Y EN EL XXI !

Durante el rojo Sacrificio que fue la batalla - el arco era el estandarte, la ira, el fuego, el campo de batalla, las brasas, los gritos de los valientes soldados, los cantos védicos, las flechas, las palabras y los reyes eran la madera - Parasurama sacrificó a Sahasarjuna como si se tratase de una inmolación.

A pesar de su obvia sonoridad épica, este texto no pertenece a ningún poema antiguo como los a menudo comentados en estas Cartas. Se trata, por el contrario, de un breve fragmento del Shribhargavaraghavi, una de las popularísimas obras del prolífico autor contemporáneo Rambhadracharya, sobre Rama y Parasurama, dos de los grandes protagonistas del conocido Ramayana, que es, como sabemos, uno de los gigantescos poemas del sánscrito clásico.  

GRANDES POEMAS

Los literatos de esta lengua, conservada sorprendentemente invariada durante más de tres mil años, parecen abducidos, ya desde el principio de sus trayectorias individuales, por la poderosa literatura que les ha precedido y toman a menudo episodios de la misma como núcleo de sus propias obras.

Un claro ejemplo de ello es el autor del siglo V Kalidasa, uno de los grandes escritores de todos los tiempos, de quien se conservan tres obras de teatro, dos largos poemas de temática diversa y dos narraciones épicas compuestas en verso, todo ello inspirado en personajes, hechos y situaciones provenientes de los Vedas, del Ramayana y del Mahabharata.

Así, afortunadamente, podemos seguir leyendo textos como:

Tenía el Sol un halo enfermizo a su alrededor.  
Enrollándose en su interior, los ojos asustados podían ver               
Grandes serpientes retorcidas y alegres,                                            
Porque la muerte del demonio pronto tendría lugar. 

Esta práctica literaria es extraordinariamente prolífica y encontramos numerosos ejemplos anteriores y posteriores a Kalidasa y hasta las publicaciones actuales.

En la obra de todos estos autores destacan narraciones y poemas que retoman con ojos de todos los tiempos y también de los siglos XX y XXI temas inspirados en los clásicos más clásicos y que se conocen genéricamente como "mahakavya", palabra compuesta por "maha" (grande, como "mahatma", por ejemplo) y "kavya" (poema), es decir, obviamente, "gran poema". 

EL CASO RAMBHADRACHARYA
 
Rambhadracharya, el autor de la cita que encabeza esta Carta, es uno de estos autores, pero su actividad supera ampliamente la literatura ya que, además de poeta y autor teatral, es también un destacado líder espiritual, educador, estudioso de la lengua y de la literatura sánscritas, crítico literario, filósofo, compositor, cantante, bailarín y director de ballet.
 
Autor de más de 150 libros de todos los géneros, Rambhadracharya, además de la obra citada, ha escrito otros tres mahakavyas en los que podemos leer, por ejemplo:
 
Señor omnipotente, que eliminas la angustia de tus devotos, protégeme, que estoy siendo consumido por el feroz fuego de las penas que cae sobre el mundo, que carece de protector, que es ignorante y está atado a las cadenas del engaño.
 
PROFUNDO DESEO
 
El abanico de textos es amplísimo y otra estrofa de Rambhadracharya acerca a lectoras y lectores a ideas más inmediatas, a temas más cercanos a nuestros grandes deseos:
 
Quienes así cantan, llegan a los pies de Vishnu, la divinidad del equilibrio,
y nunca caen en el pozo del nacimiento y de la muerte.