domingo, 5 de marzo de 2017

BHARTRIHARI. REINICIAR LA REALIDAD, PALABRA POR PALABRA



El conocimiento es la belleza más alta,
el tesoro escondido, la mejor gloria,
la alegría tranquila, la fama, el placer.
Aprender es el camino más humano.

Este poema fue escrito en el siglo V dC por Bhartrihari, autor al que se atribuyen dos textos sánscritos de enorme trascendencia y, desde entonces, de permanente actualidad e influencia: una gramática que teoriza sobre el lenguaje desde un punto de vista holístico y un libro de poemas formalmente impecable pero, al mismo tiempo, con una despiadada carga crítica. 

ATÓNITA DECONSTRUCCIÓN 

Este último, llamado Satakatraya - es decir Tres Centenas (Sataka: centenar; Traya: tríada) - está formado, lógicamente, por tres colecciones de un centenar de poemas cada una, dedicadas respectivamente a la ética (Nitisataka), al amor (Sringarasataka) y a la vida ascética (Vairagyasataka).

En todos ellos el poeta se muestra atónito ante lo que le rodea y deconstruye, desde el punto de vista de la ética, de la ascesis o de la relación amorosa, comportamientos, sentimientos, pensamientos y ... su propio yo:

Sólo pienso en ella,
pero ella desea a otro hombre
que adora a su vez a otra mujer
que querría estar conmigo...

¡Nefasta ella! ¡Nefasto yo mismo!
¡Funesto amor! 
 
Bhartrihari vacila, con lucidez e intensidad, entre lo inmediato y la trascendencia:

Este Universo es, en realidad, un pequeño círculo.
¿Qué hay en él que sea deseable?
¿Se convertirá en olas del mar
para que puedan nadar algunos peces? 

El poeta, sin embargo, reacciona y retoma su camino. Su elección es decisiva:
 
¡Pongámonos en pie! Vayamos al bosque.
Raíces y frutas serán nuestros alimentos,
El agua pura, nuestra única bebida,
Las hojas, nuestra cama. 
No nos encontraremos ni con insensatos
ni con aquellos que tienen los corazones cautivos de las riquezas. 

LAS PALABRAS ESTÁN EN EL ORIGEN DE TODO 

Pero su mirada crítica va más allá - y más adentro - de su actividad literaria y cuestiona, con la misma capacidad de disección, la propia materia prima con la que construye los poemas: las palabras.

La gramática de Bhartrihari - que se llama Vakyapadiya (Frases: "vakya" y Palabras, designados en este contexto como "pada") - no se queda en la simple descripción analítica del sánscrito y propone una verdadera filosofía del lenguaje.

Su afirmación de que Brahman - el Absoluto - no tiene comienzo ni fin y que su esencia es la Palabra ya que describe la Realidad (la Palabra hace la cosa y, por tanto, Brahman, el Mundo) es el punto de partida para desarrollar su triple aportación, que se convierte así en una teoría global: el concepto de Sonido Absoluto (Om?), el de Sphota (palabra arquetípica, asimilable al concepto del "logos" griego) y el de la función simbólica del lenguaje.

Este enfoque ha estimulado y enriquecido los trabajos de eminentes lingüistas y filósofos de Occidente, especialmente a partir del siglo XX, desde Saussure, Bloomfield y Jakobson a Chomsky y Wittgenstein, entre muchos otros, y está en la base de las teorías de la Comunicación más avanzadas.


REINICIO PERMANENTE 

Uno de los poemas más conocidos de Bhartrihari sintetiza su pensamiento en torno a las palabras (y, por tanto, a lo que las palabras, según él, desencadenan): 

Ni anillos, ni collares.
Ni pulseras, ni perfumes.
Ni siquiera flores.
La gracia de cada persona
es su lenguaje.
La Palabra,
la única joya que debe usar.