miércoles, 3 de agosto de 2016

LOS AVATARES DE VISHNU, ES DECIR, LA EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES




Cada vez que el Orden languidece

y la confusión se extiende, me creo a mí mismo

y, Era tras Era, para restablecer la armonía

- para rescatar al Bien y desterrar al Mal -,

vuelvo a hacerme presente.

(BG 4.7-8)



Estas palabras de Krishna en el Bhagavad Gita dejan clara su función regeneradora del Universo y la relativa frecuencia de la presencia de los avatares de Vishnu  de los que él mismo forma parte.




De hecho, la capacidad de Vishnu para "bajar" a la Tierra (avatar significa "descenso" en sánscrito) es su característica más distintiva. Es tan especial que incluso ha dado lugar a una palabra específica. Se trata de la palabra compuesta "dashavatara" (dasha = diez), ya que a las nueve veces que, según la tradición, se ha hecho presente hasta ahora, hay que añadir una décima que llegará al final de la Kali Yuga, es decir, a finales de nuestra Era.



Pero lo que enriquece el concepto del dashavatara y de cada una de las presencias de Vishnu es que describen - de manera esquemática y aproximada, es cierto, pero sorprendentemente precisa - la Evolución de las Especies, desde la aparición de los peces a la eclosión de los humanos, pasando por las diversas etapas evolutivas, miles de años antes de que la teoría fuera formulada por Darwin a mediados del siglo XIX.





Diez presencias



Los primeros tres avatares remiten a la aparición de peces, reptiles y mamíferos terrestres en el planeta, hace unos 500, 300 y 200 millones de años respectivamente.



La mitología - y el léxico - se encargan de acercarlos a la historia de la Humanidad.



Matsya ( "pez" en sánscrito) rescata al primer hombre - el conocido Manu- del Diluvio Universal; Kurma ( "tortuga") lleva sobre su caparazón el monte con el que dioses y demonios baten el Océano para conseguir el néctar de la inmortalidad y Varaha ( "jabalí") vence a un poderoso demonio que había secuestrado al planeta.



Después de esta primera etapa protagonizada por animales, Vishnu adopta formas externas que, sin identificarse del todo con los humanos, se acercan a su apariencia.



En primer lugar como Narasimha (nara es uno de los sustantivos sánscritos para decir "hombre" y Simha significa "león)". Este hombre-león - que, según las creencias hindúes acabó con la vida del demonio Hiranyakashipu - está mitológicamente emparentado con multitud de seres legendarios, híbridos de humanos y animales, como las sirenas, los centauros o el benigno dios Ganesha representado como un hombre con cabeza de elefante.



Le sigue la encarnación en forma de Vamana (literalmente, "enano") que remite inmediatamente a la baja estatura atribuida a los neandertales, nuestros antecesores más inmediatos. Gracias a su ingenio reinó sobre el cielo y la tierra, desterrando al demonio en mundos inferiores.



Después de encarnarse en animales y en semi-humanos, Vishnu se hizo presente por medio de cuatro figuras plenamente humanas.



Primero, como Parashurama - o "Rama del hacha" ya que parashu significa hacha - que venció a los guerreros que atacaban el reino de su padre y luego como Rama que, auxiliado por un ejército de simios, mató el demoníaco rey Ravana, raptor de su esposa.



En tercer lugar, Vishnu adoptó la personalidad de Krishna, aliado de la estirpe de los pandava en el Mahabharata y coprotagonista del Bhagavad Gita y finalmente adoptó la personalidad de Buda, el gran reformador espiritual.


La décima y última presencia de Vishnu está por llegar. Tendrá lugar al final de nuestra Era, la Kali Yuga y se llamará Kalki, palabra derivada de "Kalka" que significa suciedad y se refiere a la gran limpieza que se producirá al final de nuestros tiempos como preludio a una nueva Humanidad.










Mil nombres



En cualquier caso, más allá de los diez avatares contenidos en la creencia de los dashavatares, la presencia de la función cohesionadora que Vishnu representa es una realidad permanente.



El propio hinduismo lo preconiza atribuyendo un millar de nombres a Vishnu. Los sahasranama (Sahasra: mil, nama: nombre) son objeto de recitaciones devotas por parte de los vishnuitas, una de sus ramas.



Y el propio Bhagavad Gita preconiza su universalidad:



Soy la esencia que vive en todos los seres.

Soy su comienzo, su centro y su fin.

Soy Vishnu. El Sol, entre las luces del cielo,

la Luna, entre las constelaciones.

(BG 10. 20-21)