domingo, 20 de marzo de 2016

RAMAYANA: UNA PRIMAVERA CON NUBES Y CLAROS




Si comparamos la duración del día de hoy con la de esta noche, comprobaremos que, excepcionalmente, es la misma: 12 horas.

Y es que hoy, 20 de marzo, es el equinoccio de primavera y la propia palabra - que viene del latín: aequus (igual) y nox (noche) - ya lo deja claro (*). Pero además, como todos sabemos, a la efeméride astronómica corresponde el inicio de un cálido fenómeno meteorológico que no dejará de ir en aumento.

Ha comenzado la primavera.

Y, a pesar de que cada día es un día indicado para releer el Ramayana - la épica narración del rescate de la bella y virtuosa Sita por parte del invencible Rama -. hoy es quizás el momento más adecuado para volver al primer capítulo de su IV libro.


En sus estrofas - de las que se incluye aquí mismo una brevísima selección - disfrutaremos de una minuciosa y lírica descripción del tumultuoso despertar de la Naturaleza, después de los sueños invernales.
La fiebre descriptiva que inflama los versos del poema salta netamente por encima de la distancia de siglos y de lugares que nos separan del momento de su escritura y nos los pone ante nuestros ojos.

Su deslumbrante entusiasmo literario nos sitúa en los bordes del paradisíaco lago al que Rama llega buscando a su amada:

¡Cuánta belleza ofrece este lago
de aguas nacaradas!
La luz de sus lotos floridos
acoge a los árboles que lo rodean.

Sus orillas parecen sagradas
y llaman a los elefantes
y a los ciervos inquietos
y a grandes bandadas de pájaros.

Cerca del agua
los jazmines, los lirios de agua y las adelfas
han crecido y han florecido.
Están rodeados por las fragancias de sus propios néctares.

Las majestuosas montañas,
cubiertas también de flores,
entrelazan sus cumbres
con las copas de los grandes árboles.

Pero la serenidad y la vitalidad de lo que le rodea no logra desvanecer la tristeza que acompaña al héroe. Al contrario; cada detalle evoca a su esposa secuestrada y estos recuerdos lo llenan de añoranza y nublan su corazón:

Le gustan mucho los cantos de las aves
a mi amada Sita.
Siempre me invitaba a escucharlos
cada vez que los oía en el bosque.

Cerca de Sita
este brisa me parecía agradable,
pero ahora, lejos de ella,
aumenta mi desolación.


Afortunadamente para nosotros, Rama (un avatar de Vishnu) se sobrepone a su desconsuelo y continúa buscando Sita, a su mujer humana:

Pero entonces, Rama,
sacudido por las emociones,
se deshizo del dolor y, armado con el coraje,
siguió cumpliendo los deberes mandados por su destino.

La invitación a continuar la lectura es evidente. Nos esperan claros entre las nubes y más lugares, más estaciones, más personajes, más retos.

Así, también nosotros podremos seguir acompañando a Rama, Sita y al resto de personajes de todo tipo con los que comparten sus extraordinarias aventuras.

Buena primavera! Y buenas lecturas!



(*) El equinoccio es cada uno de los dos momentos del año en que el sol cruza el ecuador celeste, fenómenos que indican y coinciden con el inicio de la primavera y de otoño, respectivamente. Este año, el equinoccio de otoño tendrá lugar el 22 de septiembre.

martes, 8 de marzo de 2016

EL CAMINO DEL CONOCIMIENTO Y DE LA ACCIÓN (BHAGAVAD GITA - CAPÍTULO II)



El interés que siempre ha despertado el Bhagavad Gita - un intenso poema de 700 estrofas que forma parte de la gigantesca obra épica Mahabharata - responde probablemente a que combina una luminosa espiritualidad monista con una propuesta filosófica personalista que da sentido inmediato al acción individual.

Sus dieciocho capítulos describen el diálogo entre el guerrero Arjuna y el dios Krishna, avatar del principio benéfico del Cosmos, divinizado a su vez con el nombre de Vishnu.

La conversación entre el héroe y la divinidad encarnada repasa metódicamente los principales aspectos de la doctrina sobre el conocimiento, el deber, la devoción, la acción y el resto de ideas-fuerza de la filosofía hindú.


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La selección de las estrofas versionadas más abajo pretende ofrecer una breve panorámica del segundo capítulo del Bhagavad Gita, que resume los ejes esenciales de la obra.

Cada texto va precedido de unas notas que lo contextualizan y aclaran los términos menos comunes.




Arjuna, angustiado y dubitativo por tener que enfrentarse en combate mortal a miembros de su propia familia, se dirige a Krishna que lo acompaña en la lucha:

Mi corazón se siente débil y triste y mi mente no me dice cuál es mi deber. Te pregunto qué es mejor. Soy tu discípulo. Me he entregado a ti. ¡Instruye-me!
(BG 2.7)




Krishna recuerda a Arjuna que el deber de un guerrero (o kshatriya) es combatir en las guerras justas como la planteada en esta ocasión. No cumplir el propio deber (o dharma) - sea cual sea la situación a la que hay que hacer frente - es el error más grave.

Ten también presente tu deber y no vaciles. No hay nada más legítimo para un kshatriya que una guerra justa. 
(BG 02:31)

 

El cumplimiento del propio deber requiere concentrarse en este objetivo, a pesar de que, a menudo, no es una tarea fácil. Para reforzar su determinación. Krishna recuerda a Arjuna cuál es su linaje.

Este camino avanza en una única dirección, descendiente de Kuru. Los pensamientos de los que no tienen este propósito son incontables y se dispersan en todos los sentidos. 
(BG 2:41)


El cumplimiento del propio deber se manifiesta en cada acción del que sólo es una consecuencia. Dhanañjaya es otro de los apodos de Arjuna; significa "afortunado".

Cada acción es, por sí misma, inferior a la intención de llevarla cabo con el único propósito de ser fiel al propio deber. Busca cobijo, Dhanañjaya, en esta unidad de intención. Merecedores de compasión son quienes actúan movidos sólo por la consecución de unos resultados concretos. 
(BG 2:49)


Arjuna - un soldado, de talante eminentemente práctico - rehuye las teorizaciones y reclama concreciones a su interlocutor, a quien se dirige llamándolo Kesava, el nombre, como el del propio Krishna, de un avatar de Vishnu.

Arjuna dijo: O Kesava, ¿cómo se puede saber que alguien permanece concentrado? ¿Qué hace que tiene el pensamiento estable? ¿Cómo se sienta? ¿Cómo anda? 
(BG 2:54)


Krishna pone ejemplos del entorno cotidiano de Arjuna para aclarar el sentido de sus palabras.

Quien retira sus sentidos de lo que le rodea, como hace la tortuga cuando esconde sus miembros, tiene la mente estable. 
(BG 2:58)




Incluso describe el comportamiento físico y mental que hay que adoptar para conseguir los resultados deseados.

Hay que sentarse, controlar los sentidos y centrar la atención en mí. Así se mantienen firmes la visión y el control.
(BG 2.61)


Los resultados inmediatos de la concentración en un solo pensamiento son la serenidad y la ausencia de sufrimientos.

En un estado de serenidad, cesan todos los sufrimientos, porque en una mente en calma se establece fácilmente la unidad de pensamiento
(BG 2.65)


La lucidez y la paz interior reclamadas por Arjuna al inicio del capítulo culminan el proceso de fidelidad a uno mismo y de concentración mental descrito por Krishna en sus respuestas.

La persona auto-controlada está despierta cuando es de noche para el resto de los seres, de la misma manera que es de noche para el sabio cuando los demás están despiertos.
(BG 2.69)

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El Bhagavad Gita continúa durante dieciséis capítulos más. Estrofa tras estrofa propone a cada lector su propio camino personal hacia la auto-conocimiento y la acción plena.