sábado, 15 de noviembre de 2014

PURANAS: LO QUE SABEMOS DEL MUNDO

No puede haber creación sin relación entre los opuestos. No puede existir creación impulsada sólo por Shiva o únicamente por la Naturaleza. La unión del perceptor con lo percibido, de quien disfruta y del objeto del disfrute, de un principio activo con otro pasivo es esencial para que la creación tenga lugar.  

Esta cita proviene del Shiva Purana, uno de los libros más antiguos de la cultura védica y, por lo tanto, de la Humanidad, concretamente del que está dedicado al dios del mismo nombre, símbolo divinizado del principio regenerador del Universo.

Los puranas - purana significa antiguo en védico (y en sánscrito) - son textos de carácter religioso, dedicados a las divinidades que supuestamente los han promulgado. Contienen relatos mitológicos, descripciones de cultos y de peregrinaciones y todo tipo de creencias con un trasfondo histórico, de imposible comprobación, y también cosmogonías, metafísica, filosofía, ciencia, música, medicina o gramática, entre muchos otros temas.

Son considerados el quinto veda, ya que completan y complementan la información subyacente o sobreentendida en el Rig Veda - el primer texto conservado en cualquier lengua indoeuropea - y en los otros tres que, de hecho, lo glosan y lo amplían. Los puranas pertenecen a la tradición "smriti", es decir, recordada tal como fue transmitida por los sabios, y no "shruti", o revelada directamente por los dioses.



La composición de los puranas es atribuida a Vyasa, el mismo autor legendario del Mahabharata, y su fijación escrita, hecha sin duda para asegurar su conservación plenamente fiel al original, más allá de su transmisión oral, se inició en el s. IV aC y se prolongó durante diez siglos.

Escritos en rimas de un sánscrito sencillo y directo, son fácilmente memorizables y comprendidos. Su difusión ha ido fundamentalmente a cargo de bramanes ambulantes que los declaman por templos y monasterios, con la intención de estimular la devoción hacia ellos.

Así pues, los puranas son un nexo claro entre las raíces culturales de la India - como la mayoría de sus lenguas, de profunda filiación indoeuropea - y las sucesivas generaciones, ahora ya afortunadamente globales.

Como muestra la siguiente minúscula selección, ofrecen una visión de la realidad, a la vez diversa y permanente.

Del Vishnu Purana (1):

- Vishnu es la mayor y más inmediata energía de Brahma, el Creador. Él es Brahma encarnado, totalmente formado por Brahma. En él está tejido y entretejido todo este Universo. Él es el mundo y el mundo está en él. Vishnu, el Señor que consiste en lo que es mortal y en lo que es inmortal, lo sostiene todo, tanto el Espíritu como la materia, tanto en sus aspectos positivos, como en los negativos.

- Quien habla con sabiduría, moderación y compasión accede a las fuentes de la felicidad perpetua.

- La defensa de la tierra es llevada a cabo por la autoridad de quienes han controlado sus pasiones y se mantienen libres del deseo, de la codicia y de la ira.

Del Garuda Purana (2):

- Nadie debe tener una inclinación excesiva por nadie. Si el propio cuerpo es sólo un sueño, ¿qué es el de los demás?

- Los buenos alimentos tomados por la mañana ya han sido destruidos por la noche. ¿Cómo puede haber permanencia en un cuerpo sostendi por estos alimentos?

Más allá del exotismo de un mundo antiguo y lejano y de la fascinación que puede despertar, los puranas son una verdadera enciclopedia de todo lo que hemos sabido en un momento y en un lugar dados, pero que denota, sobre todo, lo que permanece inalterable.

Son, a fin de cuentas, lo que sabemos del mundo.


(1) Vishnu es la gran divinidad protectora y su purana explica, básicamente, sus diez reencarnaciones.

(2) El Garuda Purana expone el sentido de la vida y de la muerte. Es un diálogo entre Vishnu y Garuda, el rey de los pájaros.