lunes, 16 de julio de 2018

SATYAVATI CONTRA EL PATRIARCADO

- ¡Todo el mundo me está viendo! ¡No accederé a tus deseos! (*) 

Dijo Satyavati (El Aliento - vati - de la Verdad - Satya -) a Parashara, el brahmán que, cautivado por la belleza de la muchacha que le ayudaba a cruzar el río Yamuna, quería hacerla suya.

Después de estas palabras, el brahmán, sorprendido por la madurez de aquella adolescente decidida a tomar el control de su vida, cubrió la zona con una densa niebla. Pero ella continuó insistiendo en sus recelos:

- ¡Si acepto tus abrazos perderé la virginidad!

Obstinado, Parashara le concedió mantenerse virgen después de estar juntos. Satyavati planteó entonces otra exigencia:

- ¡Quiero que mi cuerpo desprenda el perfume más sugestivo!   

El brahmán accedió a esta tercera petición y Satyavati, cada vez más fuerte y valiente, mágicamente, tras unirse a Parashara, parió en seguida a un joven ya formado. Se trataba de Vyasa, el sabio redactor del Mahabharata y, años más tarde, protagonista de otros hechos memorables. 


PRODIGIOSA SATYAVATI

Satyavati es uno de los personajes centrales de la gran obra épica sánscrita: además de ser la madre de su legendario compilador, fue la bisabuela de los primos que, años más tarde, se enfrentarían en la Guerra de Kurushetra, motivo central del libro.



Pero su propia vida, por el hecho descrito, y también por otros muchos motivos, fue un verdadero prodigio.

Era hija de una ninfa y del rey Vasu y nació en el interior de un pescado; este hecho le dio un fuerte olor al animal y motivó su petición de perfume a Parashara.

Fue también debido a su olor que el rey la entregó a un pescador. Él le enseñó a llevar a los viajeros de una orilla a otra del Yamuna, uno de los grandes afluentes del Ganges, actividad que inició su excepcional biografía.

A lo largo de su vida, Satyavati - siempre consciente de su marginación como mujer y de la soledad que este hecho comportaba - fue subvirtiendo los valores patriarcales para ir más allá de los límites de su existencia periférica. 


MATRIMONIO REAL

Pocos años más tarde del episodio del Yamuna, cuando Shantanu - el rey de la gran ciudad de Hastinapura - fue a cazar a orillas del río, se sintió cautivado por un delicioso perfume. Siguiéndolo llegó a la cabaña de Satyavati y, al verla, quedó seducido por su belleza.


El padre de la chica - sin duda instruido por ella - no le concedió su mano si no accedía a que su nieto heredara el reino y advirtió al rey:

- El hijo nacido de esta muchacha será instalado en tu trono. Nadie más será tu sucesor.


Shantanu volvió muy apenado a su palacio ya que había nombrado heredero al hijo que ya tenía. El chico, al saber cual era la causa de la aflicción de su padre, fue a ver al pescador para insistir en la solicitud paterna. El pescador repitió lo que ya había dicho a Shantanu:


- Desde que nació, Satyavati es igual a ti en virtudes. Nadie le disputará la realeza.

- El hijo que nacerá de esta muchacha será nuestro rey, le aseguró el príncipe.


El pescador no estaba convencido de esta afirmación: No dudo de tu palabra, pero quizás tus hijos sí lo harán.

- Me declaro brahmacharya y, en el más absoluto celibato, me dedicaré exclusivamente al estudio y a la meditación, respondió el hijo del rey.


Estas palabras concluyeron el encuentro y el pescador aceptó casar a su hija - que en cada transición, crecía y evolucionaba - con el rey de Hastinapura.


SOBERANÍA EN PELIGRO

Del matrimonio entre Satyavati y Shantanu nacieron dos hijos, pero ambos murieron sin descendencia y la reina razonó:

- Los hijos nacen tanto de la madre como del padre. Ambos tienen los mismos deberes y los mismos derechos. Sin duda he de hacer por ellos tanto como pueda.

Decidida a que el reino no cayera en otras manos, superando de nuevo los comportamientos patriarcales, quiso que fuera su sangre la que dirigiera los destinos de Hastinapura y recurrió a su primogénito, nacido en las orillas del Yamuna.

Viasa tuvo hijos con las dos viudas de su hermano pequeño, el último heredero. La primera, sin duda ante el aspecto poco convencional de su pareja, cerró los ojos durante el encuentro y el hijo engendrado nació ciego; la segunda, probablemente por la misma razón, palideció cuando lo vio y el recién nacido vino al mundo con la piel totalmente blanca.

Estos hechos encendieron una enemistad entre ambos descendientes que provocó la guerra entre primos que narra el Mahabharata.  


VIDA PLENA

La determinación de Satyavati en cada episodio de su vida la muestra segura de sus objetivos y, sobre todo, decidida a conseguirlos a pesar de las convenciones sociales y las voluntades de los hombres que la rodean: ella vence, uno a uno, cada uno de los obstáculos que se le presentan.

Su muerte - lúcida y firme en la selva en llamas, algunos años después de la guerra - confirman su talante y su invencible voluntad.

Satyavati emerge de los estrechos márgenes que la rodean, haciéndose responsable de sus elecciones y decisiones. Ella persigue una vida plena que rompe con los estereotipos machistas y patriarcales.


(*) Todas las citas provienen del Ardi Parva (Primer Libro del Mahabharata).

Además de llegarnos a través de esta obra, también podemos acceder a Satyavati mediante el Harivamsa, un apéndice del Mahabharata, y del Devi Bhagavata Purana, que proclama a la feminidad como origen de toda existencia.