miércoles, 18 de marzo de 2015

UPANISHADS: ¿DÓNDE ESTÁ LA LUZ?


(ENTONCES)
 
Nos encontramos en el siglo VII aC, en la India. 

Los valores de la civilización védica ya no se corresponden con los modos de vivir de la sociedad. Los feroces pastores transhumantes, llegados hace miles de años desde las estepas del Asia Central, se han ido convirtiendo en ganaderos y agricultores e, incluso, urbanizados, en comerciantes y artesanos. Y se han asimilado con los habitantes autóctonos.

Pero su politeismo de base naturalista se ha mantenido prácticamente igual y, como los fieles están lejos del sentido primigenio de los himnos védicos, las funciones sacerdotales de los brahmanes se han convertido en preeminentes. Hay que aclarar el significado de los textos, interpretarlos, traducirlos a los nuevos tiempos. Lo que luego será identificado como literatura védica ha añadido a los cuatro primeros vedas (el Rig, el Yajur, el Atharva y el Sama), los Brahmanas que los expican y amplian y los Aranyakas (o Libros del bosque; aranyaka significa bosque) que profundizan en sus enseñanzas.

Sin embargo, a pesar de estos intentos de continuidad, la evolución que de todos modos se ha producido ha sido insuficiente. Hay excesiva distancia entre las preguntas vivas de los creyentes y las mecánicas y repetitivas respuestas de la tradición brahmánica. Hay que ir más allá.


(CUMBRES)

Para acomodarse a la nueva situación han surgido, rechazando las doctrinas establecidas, y casi simultáneamente, el jainismo y el budismo. Y, desde dentro del propio brahmanismo, la evolución de los Aranyakas ha cristalizado en nuevas corrientes de pensamiento que pretenden atender plenamente a los anhelos reales de la sociedad.


Los textos que exploran la nueva realidad se llaman "Upanishads" y esta denominación confirma la voluntad de comprensión que, en realidad, expresan. En efecto, la palabra upanishad es un compuesto formado por "upa" (a los pies) y "nishad" (sentarse debajo) y denota claramente el contacto directo entre el discípulo y el maestro. Sin intermediarios.

Unos versos de una de las primeras de estas nuevas obras deja clara la insatisfacción de partida y cuál se pretende que sea la respuesta:

Desde el error, llévanos a la Verdad,
desde la oscuridad, llévanos a la Luz,
desde la muerte, llévanos a la Eternidad.
(Brihadaranyaka Upanishad)


Los nuevos textos desarrollan reflexiones y doctrinas metafísicas, espirituales y filosóficas que preludian el Hinduismo y que continúan, ahora mismo, tan actuales como siempre. Además, los upanishads se agrupan bajo el nombre colectivo de "Vedanta", es decir el fin (anta) de los vedas, de los que son la última etapa y su culminación.

Los más antiguos, anteriores a la aparición de la escritura en la India, son transmitidos oralmente hasta ser transcritos, probablemente, hacia el siglo III aC, de manera definitiva. Y se escriben más. Al terminar el proceso, conforman un corpus de 108 upanishads de aceptación general, a pesar de que su número puede considerarse mayor si no se es ni muy estricto ni partidario de la ortodoxia. 

Sea como fuere, se ha convenido en resumirlos en cuatro "mahavakyas" (maha, grande; vakya, frase) que, centrando la atención en el eje Brahma-Atman, es decir, en el reflejo de lo Absoluto en la esencia individual y viceversa, condensan las nuevas doctrinas:

- prajñanam brahma (Brahma es el Conocimiento)
  (Aitareya Upanishad)

- ayam atma brahma (Soy la esencia individual, que es Brahma)
  (Mandukya Upanishad)

- tat tvam asi (Tú eres eso)
  (Chandogya Upanishad)

- aham brahmasmi (Soy Brahma)
  (Brihadaranyaka Upanishad)


(CAMINOS)

Los nuevos caminos ya han sido abiertos. Comienza una nueva manera de ver, de buscar, de ir más allá.

En Occidente, la primera edición de los Upanishads se hizo en latín, en Francia, a primeros del siglo XIX. La siguió inmediatamente una traducción parcial en inglés. La versión en alemán se publicó a mediados del mismo siglo. La obra terminó de incorporarse a nuestros cimientos culturales cuando Max Müller, el fundador de la mitología comparada, llevó a cabo una edición en inglés pocos años después.

Pero la sistematización de los intemporales principios upanishádicos vino de la mano de Schopenhauer, que los calificaba de "fruto de la más elevada sabiduría humana" e incorporaba sus conceptos básicos a su obra magna "El mundo como voluntad y representación". Después, otros filósofos, como el también alemán Schelling o los norteamericanos Emerson y Thoreau, continuaron su estudio y su difusión. 

En el siglo XX, personalidades tan diversas como T. S. Eliot, en "La tierra baldía", o el premio Nobel de Física Erwin Schrödiger son ejemplos de intelectuales cautivados por los Upanishads.

Las vías hacia la Verdad, la Luz y la Eternidad invitan a la lectura. Y a la exploración.


¿QUÉ HAY MÁS ALLÁ DEL HORIZONTE?