martes, 24 de septiembre de 2013

ESPAÑOL Y SÁNSCRITO, PARIENTES LEJANOS (¡PERO PARIENTES!)


A pesar de la distancia geográfica y de las diferencias lingüísticas entre el español y el sánscrito, las raíces compartidas por ambas lenguas perduran más allá de los siglos y un gran número de palabras muestran un gran parecido.

Nuestros "madre" y "padre", por ejemplo, recuerdan claramente los matar y pitar sánscritos y lo mismo ocurre con los nombres de algunas cifras: dos-dva, tres-tri, seis-sat, siete-sapta, nueve-nava, etc.






Un fenómeno similar se repite en muchos otros términos comunes como, entre muchos otros ejemplos posibles: cabeza-kapala, diente-danta, dios-deva, serpiente-sarpa o azúcar-sarkara.

(Yoga, por cierto, tiene la misma raíz indoeuropea - y, por lo tanto, forma sánscrita - que nuestro "yugo").

Un segundo caso es el de las palabras que ha experimentado cambios más profundos. 

Su filiación común es, a pesar de ello, evidente. Por ejemplo, "ajedrez" proviene del sánscrito catur-anga (es decir, cuatro miembros) y "Júpiter" equivale a dyav-pitar (padre del cielo).

Usamos también algunas palabras sánscritas incorporadas a nuestro vocabulario cotidiano. Avatar, mantra, gurú o nirvana son ejemplos claros.

Queda claro que el origen indoeuropeo común se manifiesta en el léxico. También lo hace en numerosos mitos y leyendas, familiares en una y otra cultura.
   

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