jueves, 31 de marzo de 2022

LAS 16.108 ESPOSAS DE KRISHNA

Como sabemos, Krishna es una de las grandes deidades del Hinduismo. Adorado como octavo avatar de Vishnu - el dios del Bien -, se le considera la divinidad que otorga absoluta protección, compasión, ternura, amor...

Es lógico que, con estas virtudes, Krishna sea uno de los dioses más populares en todas partes y venerado tanto ahora mismo como desde tiempos que se pierden en el más diluido de los olvidos.

LAS OCHO PRIMERAS

Sea como fuere, dadas sus sobrenaturales características, las mentes bien pensantes del Hinduismo le han atribuido ocho esposas canónicas.

Las obras que tratan la sorprendente trayectoria amatoria de Krishna son excepcionalmente numerosas: tres puranas (purana significa antiguo): el Bhagavata Purana, que promueve la devoción a Krishna, el Vishnu Purana, y el Padma Purana, sobre el dios creador Brahma, además del Mahabharata y del Harivamsa, un suplemento del Mahabharata.

Según toda esta información, cada una de estas esposas presenta rasgos específicos que la distinguen de las otras siete y, sobre todo, completan el concepto global del propio esposo.

El grupo merece la singular denominación de ashtabharya (astha: ocho, bharya: esposa) y está constituido por tres tipos de mujeres.

El primer bloque está formado por la famosa Rukmini, la hija de Bhishmaka, el rey de Vidarbha, región situada en el centro geográfico del subcontinente indio, y avatar del mundo material, Satyabhama, avatar de los elementos que conforman la realidad, y Jambavati, hija del rey Jambavan, a quien ella misma derrotó para recuperar una celestial joya mágica.

La segunda agrupación está formada por Kalindi, hija de Surya, el dios del Sol y de Saranyu, la deidad del río Yamuna, proveniente de la zona de llegada de los pueblos védicos a la India, por Nagnajiti que representa el Este de los reinos y por Lakshmana originaria de las zonas del Oeste.

Finalmente, el tercer grupo consiste en la hermosa y virtuosa Mitravinda, hija del muy renombrado rey Shibi, otro descendiente del sol, y en la princesa Bhadra, de una estirpe muy antigua.

Cada una de estas mujeres otorgó orígenes, estímulos e itinerarios a Krishna, para las innumerables odiseas que convierten su vida en exigente ejemplo para sus creyentes.

16.100

Además de las ocho esposas acogidas por la ortodoxia Hinduista, Krishna se casó también con otras 16.100 o, según las escrituras adoptadas como fuente de información, 16.000 muchachas de alcurnias muy diversas.

En todos los casos eran princesas, hijas de divinidades o diosas ellas mismas. Habían sido capturadas por el rey-demonio Nakasura y, una vez el diablo vencido por Krishna y las chicas liberadas, le pidieron que se casara con ellas para evitar ser rechazadas debido a haber sido sometidas a un encarcelamiento indigno.

Cada una de las nuevas esposas de Krishna recibió un palacio y las sirvientes correspondientes y, noche tras noche, Krishna, buen esposo, las visitaba encarnándose individualmente en personalidades distintas.

Lógicamente, numerosas historias las acompañan. Las más populares son probablemente las que las convierten en lecheras que cuidaban de lo que un joven Krishna, que tenía el oficio de pastor, recogía cada noche, o las que las asimila, una a una, a melodías distintas del interminable y riquísimo patrimonio musical de la India.

En todo caso, todas ellas nos acompañan por ejemplares aventuras que agrandan - ¡aún más! - los méritos del personaje.

¿8 o 16.108?

Proclive a adoraciones encendidas y persistentes, Krishna continúa expresando las características deseadas por las personas que depositan su fe en él y las creencias sobre él siguen bien vivas, estimulando y fortaleciendo a sus fieles.

Motivos siempre los hay. La especie – vagamente – humana es nuestra especie y los mitos, como las leyendas de origen, juegan un papel fundamental en nuestras sociedades, apoyados, a menudo con sospechoso entusiasmo, por pretendidas autoridades de todo tipo, políticas, económicas, sociales , intelectuales o religiosas.

Cada una de las ocho  – o de las dieciséis mil ciento ocho – mujeres de Krishna expresa un simbolismo espiritual de las relaciones amorosas. Según la tradición, la vida del dios Krishna está próxima a la de cada ser humano en todos los tiempos y lugares y en un universo simbólico.

 

(Si quieres, lógicamente.)

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