jueves, 6 de agosto de 2015

HUMOR SÁNSCRITO: "ESPERA UN SEGUNDO", DIJO KRISHNA, MUERTO DE RISA

Los textos sánscritos más conocidos sacralizan a dioses y reyes, guerreros, brahmanes y princesas y teorizan, prolijos y sabios, sobre filosofía, cosmogonía y todo tipo de materias.

Pero, en contraste con estos aspectos, digamos, serios, la vida cotidiana emerge con vívida pujanza mediante una literatura calificable como popular, en la que el humor tiene un papel primordial.

Los chistes recogidos a continuación reflejan un sano distanciamiento de los valores aparentemente más estáticos del pensamiento académico y de la práctica social convencional.

¡Un buen cambio!



Aquel día, un devoto rogaba a Krishna:
- ¡Oh Krishna sublime! ¿Es cierto que para ti un millón de años es tan sólo un segundo?
- Así es. En efecto. - Respondió el avatar de Vishnu.
- Entonces, oh Krishna bienamado, ¿qué es un millón de rupias para ti?  
- Apenas una rupia. - Replicó.
- Oh Krishna omnipotente, ¿podrías darme una rupia, por favor? 
- Espera un segundo.-  Dijo, muerto de risa.


Oh, Doctor - reconocía el enfermo ante su médico - Sois más poderoso que Yama, el dios de la muerte.
¡Él sólo se nos lleva la vida, pero Usted, además, se nos lleva el dinero!  


Tres ascetas meditaban en una cueva del Himalaya.
Una mañana se oyeron unos pasos en el exterior.
Seis meses más tarde, uno de ellos preguntó. ¿Habéis oído al oso?
Después de un año de silencio, otro de los ascetas respondió enojado: ¡Era un tigre!
De nuevo, silencio absoluto.
Pero de repente, dos o tres años más tarde, el tercer asceta ya no pudo más y exclamó enojado: ¡Tendré que irme! ¡Con vosotros es imposible concentrarse! ¡No paráis de hablar!     


¡Te estoy tan agradecido, Pobreza! Decía un mendigo.
Gracias a ti tengo poderes mágicos. 
Yo puedo ver a todo el que pasa ante mi, por las escaleras del Templo, pero ninguno de los fieles me ve a mi!   


Cuatro monjes meditaban en el patio del monasterio y, de repente, la bandera del tejado empezó a ondear.
El más joven, aburrido, se levantó y dijo, excitado: ¡Mirad como se mueve la bandera! 
Su compañero, que llevaba más tiempo en el convento, le aclaró: Es el viento...
El tercer monje, con más experiencia, instruyó a los novicios: ¡Es vuestra mente la que se agita! 
El sacerdote más viejo cerró la discusión: ¡Lo que no para de moverse son vuestras lenguas!


La siguiente cita, atribuida como tantas otras a Gandhi (que, por cierto, parece haberlo dicho todo) no es sánscrita, pero es graciosa y refleja la opinión que merecemos de parte de la cultura que es su continuadora:

"Podría llegar a ser una buena idea" respondió Gandhi, cuando le preguntaron su parecer sobre la civilización occidental.
 

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